Frigerio recibió por separado a Peppo, Bordet y Scioli. Qué le propusieron los mandatarios peronistas y el precandidato presidencial.
Domingo Peppo, Gustavo Bordet y Daniel Scioli fueron los primeros referentes de la oposición que pasaron por la Casa Rosada en el comienzo de las reuniones convocadas por el presidente Mauricio Macri para dialogar y lograr consensuar una serie de políticas para generar estabilidad, más allá de las elecciones presidenciales. En los encuentros no faltaron cuestionamientos de los gobernadores peronistas de Chaco y Corrientes y del precandidato presidencial.
Los recibió el ministro del Interior Rogelio Frigerio, uno de los principales impulsores del programa de consensos básicos que propuso el Gobierno a menos de dos meses del comienzo del calendario electoral. «Es muy importante ponerse de acuerdo en las prioridades que tiene el país», dijo el funcionario en la previa de la ronda de reuniones.
Peppo le pidió a Frigerio sumar otros dos puntos más al acuerdo, la revisión de tarifas de los servicios públicos y la posibilidad de congelar los despidos, en un contexto de crisis económica. «Debemos generar confiabilidad con los distintos sectores que aportan a la economía argentina», indicó el peronista.
Igualmente destacó la iniciativa oficial y dijo que «nadie puede no estar de acuerdo con los diez puntos de coincidencia que plantea el Presidente para dar una señal de confiabilidad y previsibilidad al mundo». «Celebro que se plantee un acuerdo y creo que el próximo gobierno debe llamar a esto», afirmó.
Luego fue el turno de su par de Entre Ríos Bordet, que en sintonía con Peppo dijo que respalda parte del decálogo -como el que habla del equilibrio fiscal y el de la transparencia de la cuentas públicas- pero planteó que «claramente faltan otros puntos».
«Consultaremos con otros gobernadores y luego daremos una devolución, posiblemente la semana próxima, sobre los puntos que hay que agregar», explicó. Adelantó que entre esos ítems uno será sobre «la defensa de las economías regionales», e indicó que «no está claro» el punto del oficialismo que habla sobre cuestiones previsionales.
Mientras que Scioli, que competirá en la interna del peronismo por la candidatura presidencial, presentó su propio decálogo que luego difundió por sus cuentas de redes sociales.
Indicó que para él la política económica del país debe ser definida por los argentinos y «no por los organismos multilaterales de crédito». Argumentó que de esa manera se podrá recuperar el poder adquisitivo de los salarios y jubilaciones, tener tarifas públicas accesibles y recortar los impuestos. En la carta también habló de la creación de empleo de calidad; de la reducción y simplificación de la carga impositiva; y de proteger al mercado local, entre otros puntos.
El exgobernador bonaerense criticó las propuestas oficiales: sobre el equilibrio fiscal pidió que se tome en cuenta el resultado total y no solo el primario. «El camino es el crecimiento, la reactivación productiva y el impulso al desarrollo científico y tecnológico. Estos objetivos no se logran con ajustes que aparten al Estado de su rol», advirtió.
Además cuestionó que el Banco Central no sea independiente en el manejo de los instrumentos de política monetaria y cambiaria. «Basta con ver los pasivos del BCRA, que paga tasas exorbitantes, generando inflación a través de una emisión indirecta», criticó.
Más allá de las diferencias con el Ejecutivo los tres dirigentes de la oposición coincidieron en que Frigerio les dijo que están abiertos a incorporar otras propuestas al decálogo oficial. En tanto que los gobernadores prevén acordar los puntos que estiman que faltan y la semana próxima se los harían llegar a la Casa Rosada, para luego avanzar en un documento consensuado.
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