Francisco pidió que el encuentro arroje medidas concretas contra los abusos sexuales en la Iglesia.

Los ojos del mundo están en el Vaticano. Este jueves inició la cumbre contra la pederastia en la Iglesia que convocó el papa Francisco tras una ola de denuncias por abusos sexuales cometidos por curas. “Debemos curar las graves heridas que esto dejó en pequeños y en creyentes», sostuvo el sumo pontífice al iniciar el evento sin precedentes.

Si bien el encuentro inició con un video con testimonios de personas que sufrieron en carne propia los abusos por parte de miembros del clero, Francisco no hizo referencia en su discurso inaugural a la presencia en Roma de organizaciones de víctimas.

En la secuencia que inauguró el evento aparecieron un hombre latinoamericano, una mujer africana, y otros tres hombres de Europa del Este, Asia y Estados Unidos. El mensaje fue claro: el problema que enfrenta la iglesia tiene un alcance global. Ante esto y frente a los 190 participantes, el Papa instó a formular medidas concretas.

«Tenemos que discutir juntos, de manera sincera y profunda, sobre cómo afrontar este mal que aflige a la Iglesia y a la humanidad», reclamó Francisco y agregó: «El santo pueblo de Dios nos mira y espera de nosotros no simple y descontadas condenas, sino medidas concretas y eficaces».

Al pedido de que la cumbre arroje un programa de acciones, el pontífice pidió: «Frente a la plaga de los abusos sexuales perpetrados por hombres de Iglesia dañando a menores, los convoco para que todos juntos nos pongamos a escuchar al Espíritu Santo y con docilidad a su guía escuchemos el grito de los pequeños que piden justicia».