Milagros tiene seis años y se hizo conocida hace algunos meses cuando su historia llegó a TN y La Gente. Pese a todos los pronósticos y a haber nacido con una sola pierna, brilla en la pista de patín artístico.

La primera vez que María y Héctor Trejo supieron algo de Milagros, el panorama de la nena era poco alentador. Tenía tres años y había pasado su vida en hospitales porque su mamá biológica tenía un problema neurológico crónico, progresivo e invalidante. Él es médico en Mercedes y una amiga que trabajaba en el centro de salud en Suipacha le explicó que la nena había nacido con el trastorno de Vater, un conjunto de malformaciones congénitas típicamente caracterizadas por la presencia de defectos vertebrales, cardíacos y anomalías en las extremidades.. “Lo único que se ve es que no tiene una pierna, pero hay cuatro cosas más sobre las que seguimos luchando”, explica Héctor, su papá.

Cuando fueron a conocerla, se enteraron de que si no conseguía una familia de abrigo, la iban a llevar a una institución. En ese momento no dudaron: Mili iría a Chivilcoy con ellos. La pareja hacía años que quería adoptar, después de haber hecho diferentes tratamientos de fertilidad sin éxito. “Esperamos por ella 16 años. Hicimos todos los trámites en el juzgado de Mercedes y después de cinco meses de vínculo, nos llamaron del juzgado para que la lleváramos con nosotros», indica María.

Héctor recuerda la primera noche después de visitarla en el hospital. «María no durmió, se hizo todas las preguntas y se las respondió todas y finalmente me dijo con toda seguridad ‘yo a la nena la quiero’. A pesar de que sabía que no iban a poder adoptarla, por su gran corazón dijo que sí. Después, por otras circunstancias llegó la guarda permanente y la adopción. Le abrimos la puerta de nuestra casa sabiendo que nos íbamos a encariñar y se iba a ir, pero se quedó».

Desde el primer día, supieron que Mili era una luchadora. Cuando la conocieron no caminaba pero con el tiempo, en la casa empezó a moverse y sostenerse en pie. «Empezó a ir al jardín a la vuelta de casa sin acompañante, sola con su carrito. El año que viene empieza la escuela. Hace la vida de un chico normal, se maneja sola», dice orgullosa su mamá.

Milagros tuvo una vida muy difícil hasta los tres años y pide que le digan por el apellido de sus papás adoptivos, los únicos que reconoce como familia.»El único apellido que reconoce es Trejo y por ahora no quiere tener contacto con nada de su pasado en el que tanto maltrato sufrió».

Pese a todo, es una chica que no permite que nada ni nadie le ponga límites a sus sueños. «En febrero de este año, jugando con un patín de plástico que le regalo su tía me dijo que quería empezar a patinar. Le conseguimos una profesora que le enseña como el resto de los chicos. Es un club donde no hay discriminación, patina a la par de las demás», sostiene María.

Los papás recuerdan cuando surgió este pedido de Mili y algunos cuestionaron cómo iba a patinar con una sola pierna. «Con ella aprendimos que todo se puede, a su manera, pero para ella es la patinadora número uno y para nosotros también. Se hace valer por si sola, casi no usa el andador, bailó sola, y todos los días nos enseña».

En octubre, Milagros cumplió un sueño, viajó como invitada para la inauguración del cuarto Open Internacional de Patinaje Artístico en Brasil y brilló en la puesta. «Ya tuvo varios torneos locales e hizo el cierre del festival internacional. El estadio estaba llevo, se te ponía la piel de gallina. Aún recordamos cómo la gente coreaba su nombre. Lo único que queremos es que ella disfrute, juegue y que no sufra nunca, sufrir es su pasado, ahora solo esperamos acompañarla para que sea feliz siempre».

  • https://tn.com.ar/sociedad/estaba-en-un-hospital-se-fue-vivir-con-una-pareja-de-abrigo-que-terminaron-convirtiendose-en-sus_924449

2018-12-26T16:46:15+00:00