El robo de mercadería a comercios amenaza con agravar la escasez de alimentos y productos básicos.
Como consecuencia del apagón más largo de su historia, Venezuela no sólo sufrió la falta de energía eléctrica y de agua potable en gran parte de su territorio, sino también una ola de saqueos de la que decenas de comerciantes y empresarios fueron víctimas. En Zulia, uno de los estados más afectados por los robos, se registraron pérdidas millonarias y graves daños a industrias que amenazan con agravar la escasez de alimentos y bienes básicos.
“Fue una locura total”, afirmó Ricardo Acosta, segundo vicepresidente de la mayor cámara de empresarios del estado. Según sus precisiones, los lugares saqueados van desde las instalaciones de una de las más grandes fábricas de cigarrillos del país hasta una iglesia cristiana, donde delincuentes se robaron todas las sillas.
“Lo que hubo fue puro vandalismo. ¿Cómo es posible que si tienen hambre saqueen una ferretería?”, dijo un comerciante a la agencia AP. El hombre, identificado como Mauricio, contó que logró salvar su fábrica de hielo luego de una larga conversación con el líder de un grupo de saqueadores, a quien debió hacer pasar al interior del establecimiento para mostrarle que ya no lo quedaban más unidades del producto.
Por su parte, Acosta coincidió en que los saqueos no estuvieron relacionados con las dificultades que enfrentaron los venezolanos para adquirir insumos básicos durante el apagón, ya que muchas carnicerías, panaderías y pequeños comercios optaron por regalar sus productos antes de que se echaran a perder. Además, el empresario denunció la falta de protección de parte de militares y policías, que “se hacían a un lado o simplemente observaban” mientras estos eran llevados a cabo.
Una de las compañías más afectadas fue la Empresas Polar, la mayor productora de alimentos procesados del país. A través de un comunicado, la corporación informó sobre los saqueos a cuatro de sus instalaciones ubicadas en Maracaibo, Zulia, y denunció pérdidas por u$s 5,6 millones.
Según lo indicado por la empresa, «fueron robadas 150.000 cajas de bebidas y 77.000 unidades de pastas». Además, fueron dañados 22 camiones, cuatro vehículos, cinco montacargas y 23 computadoras.
De acuerdo con Acosta, los robos y daños producidos durante el apagón agravarán la escasez de alimentos, medicinas y otros bienes básicos en Zulia, hogar de cuatro millones de personas. En relación con lo ocurrido, Juan Guaidó, autoproclamado presidente de Venezuela, se solidarizó con la situación que atraviesa el Estado y afirmó que “Maracaibo está pasando horas muy duras”. Además, condenó los saqueos y pidió respeto a la propiedad privada.
Por su parte, el oficialismo adjudicó el apagón nacional que comenzó el 7 de marzo y que todavía se mantiene en algunas zonas de Caracas y del interior del país a un “ciberataque ordenado por Estados Unidos». Según el Gobierno venezolano, fue «un virus enviado por la Casa Blanca» lo que ocasionó una falla en el complejo hidroeléctrico suroriental de Guri, que suministra más del 60% de la electricidad que se consume en Venezuela.
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